Una verdadera ‘colombianada’ (improvisación) se cometió
en el estadio de Barrancabermeja donde en la recta final de los dilatados
trabajos de reconstrucción y ampliación del escenario fueron ubicados seis
gigantescos pararrayos entre las tribunas y la cancha.
Los anchos mástiles, que miden 25 metros de altura, se
convierten en un obstáculo visual para los espectadores que quieran apreciar un
partido de fútbol o cualquier espectáculo que se realice en la renovada
gramilla.
Aunque normalmente estas estructuras se ubican en el
exterior de los estadios, el ingeniero supervisor de la obra, Jhon Lozano, dijo
que los diseños originales lo “obligaron” a ubicar los pararrayos en la parte
interior y que, además, no existían recursos para situarlos por fuera.
La Gobernación de Santander y la Alcaldía del puerto
petrolero han invertido más de 40.000 millones de pesos en trabajos que se
ejecutan desde hace más de tres años y en los que en cuatro oportunidades se
han aplazado las fechas de entrega de los mismos.
“Originalmente se había estimado en los diseños ubicar
los pararrayos sobre las cubiertas que finalmente no se instalaron en las
graderías. Como el sistema de apantallamiento no se pudo ubicar en el sitio
original, se optó por la alternativa más viable y apropiada. El acuerdo con la
Alcaldía es que se instalaron allí los pararrayos de manera parcial mientras en
un futuro contrato se construyen las cubiertas para reubicar los mástiles.
Lamentablemente fue una ‘colombianada’ de obligación”, precisó el responsable
de la obra.
Pero al indagar sobre el particular a la Secretaría de
Infraestructura de Barrancabermeja, Jessica Barón, la funcionaria indicó
desconocer tal acuerdo y agregó: “No puedo pronunciarme porque apenas estoy
conociendo el tema”.
Críticas por doquier:
Dirigentes y periodistas de Barrancabermeja criticaron la
presencia de los mástiles y pidieron a los responsables retirarlas para que
allí se pueden apreciar los partidos de fútbol sin ningún ‘estorbo’ visual.
El concejal Carlos González Mebarack calificó de
“improvisada” la instalación de los mástiles y agregó que “el afán de la
Gobernación y la Alcaldía de entregar la obra los conduce a no respetar
principios de planeación”.
Luis David Arévalo, presidente de la Sociedad
Santandereana de Ingenieros (SSI), precisó que, según él, la obra no se
socializó y de allí se pueden derivar los inconvenientes que se han registrado.
Wilson Lozano, corresponsal de Caracol Televisión,
periodista deportivo y presentador de Telepetróleo, aseguró que los pararrayos
son obstáculos que impedirían cualquier transmisión por televisión de los
partidos de fútbol del Alianza Petrolera, equipo de primera división, pues en
los paneos (desplazamientos) de las cámaras las imágenes se afectarían.
A pesar de la situación, el presidente de Alianza
Petrolera, Hugo Toscano, indicó que se adelantan gestiones ante la División
Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) para que el 26 de abril próximo, día en
que Barrancabermeja cumple 93 años de fundación, se dispute en el estadio local
el partido que por el torneo regular tienen Alianza Petrolera y Atlético
Nacional.
“Los dos mástiles que más afectan la visual se quitarían
antes del 26 de abril porque así lo pidió la Dimayor en un plan de choque. La
Alcaldía nos pidió hacer esa gestión y una compañía hará esos trabajos”,
precisó Toscano.
Cuestionan retrasos en las obras
Cumplir con la última fecha programada para la
culminación de la remodelación del estadio Daniel Villa Zapata de
Barrancabermeja, en el que se trabaja desde hace más de tres años, exigieron
los dirigentes del puerto petrolero al consorcio que reconstruye el escenario
deportivo.
Tras una inversión que, por ahora, supera los 40.000
millones de pesos, la ampliación y mejoramiento del lugar aún no finaliza a
menos de dos semanas de que se cumpla la última fecha de entrega (30 de abril),
pactada por la firma constructora y la Gobernación de Santander tras cuatro
aplazamientos en la entrega de las obras.
Para el contralor de Santander, Argemiro Castro Granados,
la principal dificultad radicó en los desaciertos que la Universidad Industrial
de Santander (UIS) cometió en los diseños y planificación de los trabajos con
los que se pretende mejorar el estadio construido hace 55 años.
El funcionario aseguró que el proyecto surgió
desfinanciado porque, según él, la licitación se hizo por 22.000 millones y
antes de que comenzaran los trabajos adicionaron 4.582 millones más.
El contrato contempla el cambio de la cancha, que está
terminada, y camerinos (jugadores y árbitros), salas de enfermerías y
conferencias, zona de entrenamiento, baños, escaleras, cafeterías, zonas de
palco (no terminada), cabinas de prensa (sin dotación) y taquilla, bodegas y
tribunas oriental y occidental.
“Desde el comienzo se sabía que el proyecto costaba más
de 50.000 millones de pesos. En la contraloría hemos emitido dos controles de
advertencia, por los malos diseños y recursos que faltaban, y aunque no se han
detectado sobrecostos, solicitamos a la Procuraduría abrir una investigación
disciplinaria contra el exsecretario de Infraestructura, Édgar Pedraza, por
fallas en el proceso de planeación”, agregó el Contralor.
El ingeniero Jhon Lozano, supervisor de la obra,
reconoció que los trabajos estarían terminando a mediados de junio, por lo que
una vez más se incumpliría con la fecha de entrega programada.
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